
ahora cada recuerdo yace en mi, dudando de mi existencia, como puede temblar el mundo y ni siquiera escucho el sonido, como puedo permitirme acostarme al costado de tus recuerdos y sentirme sonreír
el sueño del sonámbulo,
el compromiso de los tontos,
el desgarro de algún dolor,
la parte más humana de mi que llora,
la parte más cruel que te extraña;
la impotencia de no moverme
la incapacidad de dejar de quererte