jueves, 30 de diciembre de 2010



ya lo sabia, era demasiado pedir en este tiempo, aunque me arrastraras contigo, me amarres hacia ti, todo a tu alrededor decían mentiras, aspiraba mentira en cada beso






















ahora cada recuerdo yace en mi, dudando de mi existencia, como puede temblar el mundo y ni siquiera escucho el sonido, como puedo permitirme acostarme al costado de tus recuerdos y sentirme sonreír
























te siento en cada grito, en cada escapada de amor, te siento muerto dentro de mi
el sueño del sonámbulo,
el compromiso de los tontos,
el desgarro de algún dolor,
la parte más humana de mi que llora,
la parte más cruel que te extraña;
la impotencia de no moverme
la incapacidad de dejar de quererte

martes, 14 de diciembre de 2010



El Gato, cuando vio a Alicia, se limitó a sonreír. Parecía tener buen carácter, pero también tenía unas uñas muy largas Y muchísimos dientes, de modo que sería mejor tratarlo con respeto.
-Minino de Cheshire – empezó Alicia tímidamente, pues no estaba del todo segura de si le gustaría este tratamiento: pero el Gato no hizo más que ensanchar su sonrisa, por lo que Alicia decidió que sí le gustaba-.
-Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
-Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar – dijo el Gato.
-No me importa mucho el sitio… – dijo Alicia.
-Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes – dijo el Gato.
-… siempre que llegue a alguna parte – añadió Alicia como explicación.
-¡Oh, siempre llegarás a alguna parte – aseguró el Gato -, si caminas lo suficiente!
A Alicia le pareció que esto no tenía vuelta de hoja, y decidió hacer otra pregunta:
-¿Qué clase de gente vive por aquí?
-En esta dirección -dijo el Gato, haciendo un gesto con la pata derecha – vive un Sombrerero. Y en esta dirección – e hizo un gesto con la otra pata – vive una Liebre de Marzo. Visita al que quieras: los dos están locos.
-Pero es que a mí no me gusta tratar a gente loca – protestó Alicia.
-Oh, eso no lo puedes evitar – repuso el Gato -. Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.
-¿Cómo sabes que yo estoy loca? – preguntó Alicia.
-Tienes que estarlo afirmó el Gato-, o no habrías venido aquí.

(Alicia en el país de las maravillas-Lewis Carroll)










las palabras de cheshire






oí decir que el mundo era muy aburrido por estos días,

pero en alguna parte de mi retumbaba de mi interior



"en alguna parte el mundo estaba devorando una pieza de mi,
me tenía algo olvidada, me siento perdida una vez más"